La religión y el humanismo incluyente

 

usjyurueña

 

Dice el señor secretario general de la USJ, citando a un teólogo de su cuerda, que la visión del hombre al margen de Dios y de la religión no nos permite llevar al hombre más allá de sí mismo (bonita frase) y reivindica una visión del hombre más allá de humanismos reduccionistas y racionalistas. Aprovecha sus razonamientos para arrimar el ascua a su sardina y, en una extrapolación que tiene mucho de pirueta, echar la culpa de la crisis en la educación a esa visión alejada de Dios, que, por cierto, ellos prometen devolver a los fieles alumnos arrepentidos y que además paguen sustanciosas matrículas.  No sé si esto lo habrá dicho quizá algún filósofo, la filosofía no es mi campo, pero a mí esa visión antropocéntrica del mundo y del Universo, que ha creado incluso dioses a nuestra imagen y semejanza, me parece que lo que denota en realidad es la falta de humildad de la especie humana. Y no digamos ya la pretensión de la existencia de una vida eterna después de la muerte. Eso ya es el summum. Sin embargo, como estrategia comercial no tiene parangón. Dice que lo que la religión promueve es “un humanismo que es capaz de proponer a niños y jóvenes elementos válidos y ciertos, reglas de conducta, valores y objetivos por los que vale la pena gastar la propia vida”. Algunas personas, que pensamos que la laicidad es la forma más incluyente de atender a los alumnos en los colegios (las religiones son excluyentes por definición: crees en lo que digo o no crees), estamos convencidos que para conseguir esos objetivos (y otros muchos), no es necesaria la religión. Basta con un humanismo incluyente, dotado de valores éticos y morales, y respetuoso de los derechos individuales y colectivos definidos en la Declaración de Derechos Humanos e incluso en nuestra propia Constitución.  Por otra parte, disiento con la afirmación de que el hombre no haya sido capaz de “ir más allá de sí mismo”, y las formas más espectaculares de estas consecuciones las ha dado el trabajo conjunto y acumulado a lo largo de los siglos de científicos y tecnólogos: estamos ya en los albores de la inteligencia artificial, empezamos a entender cómo empezó todo en el Universo a través de observaciones experimentales, hemos entendido las claves de la vida y somos capaces de crearla o de modificarla, etc.  Y, por otra parte, los artistas, literatos, músicos…producen obras que, al mismo tiempo que nos definen como humanos, trascienden más allá de su tiempo y de ellos mismos…

Articulo de Alberto Anel ,  socio de MHUEL

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