Se comenta estos días los intentos de racionalizar la celebración de los puentes festivos, teniendo el Estado como interlocutores a las fuerzas sindicales, a los empresarios y … a la Iglesia Católica.
Pero sorprendentemente no se habla de fijar, de una manera acorde con la modernidad, las vacaciones de primavera, “la semana santa”. Aplicando la lógica debería celebrarse el último fin de semana de marzo, cuando termina el primer trimestre del año. Por casualidad, en el año 2013 sí será así, pero en el año 2014 pasará a ser los días 17 al 20 de abril, debido a que la “pascua de resurrección” se celebra en función de la arcaica movilidad de la “pascua judía”, marcando el devenir vacacional de estudiantes y trabajadores de nuestra pretendidamente razonable sociedad.
Se habla incluso de menoscabar el aniversario de la Constitución Española, el 6 de diciembre, en beneficio de la festividad mariológica de la “inmaculada concepción”, el día 8 de diciembre; adoptada en fecha relativamente reciente, 1854, en virtud de la capacidad dogmática de esta iglesia.
¿Es esto un Estado de Derecho? o vivimos los ciudadanos bajo una “sharia” católica que marca los ocios de los ciudadanos; incluso los implacables empresarios ven frenada su supuesta búsqueda de la productividad y competitividad por la iglesia.
“No dudo que la normativa que surja sobre los puentes festivos significará un nuevo menoscabo para la clase trabajadora. Pero consolémonos, hay que felicitar a los colectivos homosexuales por la reciente sentencia del Tribunal Supremos y además Obama ha ganado, el mundo por lo menos no será peor, a ver cuando nos dejan votar.”
José Antonio Rovira Tolosana