Carencias de la adolescencia

 

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Con el síndrome incurable de incontinencia verbal, acrecentado de misoginia galopante y una gran dosis de manifiesta estupidez Francisco Javier León de la Riva repite una y otra vez los mismos comportamientos pueriles a pesar de estar ya crecidito.

No es, desgraciadamente, la primera ocasión en la que tenemos que soportar sus gansadas. Una vez ha salido de su boquita la impertinencia, siempre acude al mismo protocolo de comportamiento.

En primer lugar insinúa una errónea interpretación de sus palabras, todo aquel que las  critica es por falta de formación para alcanzar a entender el elevado nivel de oratoria del alcalde.

Dado que esta explicación rara vez le da resultado, continua sin el menor pudor con el guión que él solito ha establecido y alude a la perversidad de las personas que han sacado de contexto sus palabras.

En este punto es necesario introducir una nueva variable, este país no sería lo mismo sin el coro mediático que apoya a la formación política que sustenta al alcalde. Los coros y danzas de la sección ultramontana no pueden permitir que una estupidez sea catalogada como estupidez si el que la suelta es uno de los suyos.

Esos simpáticos chavalotes que pertenecen a grupos editoriales que controlan el 80% de los medios de comunicación articulan la defensa del alcalde recurriendo al antiguo método de… ¨y tu mas¨ y acuden a casos similares de miembros de la oposición para ocultar sus vergüenzas. Pretenden que el consabido empate a bobos equilibre de nuevo la contienda.

Como la sociedad española con los años ha crecido y algunas explicaciones son descartadas por infantiles, al amigo León de la Riva solo le queda un último recurso, el infalible: pedir perdón. Camino que, recordemos asfaltó ¨El Campechano¨ con su ¨Lo siento mucho no volverá a suceder¨.

El alcalde deslenguado se retracta y ahora sí es perdonado ¿Cómo negar el perdón al arrepentido en nuestra cristiana sociedad?

No es la primera vez que el regidor del ayuntamiento de Valladolid hace una demostración de machismo medieval. Si mereciera la pena se podría estudiar qué carencia psicológica fue la que provocó este trastorno en el comportamiento del muchacho ¿Carencias afectivas en la juventud? ¿No alcanzar a llamar la atención de las chicas? ¿Ligar menos que los gases nobles?

El alcalde debe estar convencido de la deuda que con él tienen las mujeres, sino no se entiende su fijación por despreciar al género femenino.

De un hombre al que no se le puede negar su formación – aunque él se empeñe en parecer un homínido a medio evolucionar – extraña su comportamiento. La única explicación posible es una carencia de desarrollo personal que le haya marcado negativamente.

Si nada lo remedia parece que será suficiente con su simulacro de arrepentimiento para volver a ser el candidato del PP a la alcaldía de Valladolid. Esperemos que en esta ocasión se imponga la cordura entre sus vecinos y la petición de perdón no sea mérito asaz para ser nuevamente alcalde de la ciudad y resulte, por fin, liberado del cargo.

Para que las mujeres de Valladolid y de cualquier ciudad de España puedan ir adonde le apetezca, sean las seis de la mañana o las tres de la tarde, únicamente necesitan que los poderes públicos cumplan con parte de su obligación y les proporcione la seguridad adecuada.

Si el señor León de la Riva, como él mismo reconoce, no es capaz de articular los servicios de seguridad pública que dependen del Ayuntamiento, de forma que los espacios potencialmente peligrosos estén más vigilados, debe dejar el cargo. Si se ve superado por la obligación de procurar la seguridad de sus conciudadanas  debe dejar el cargo. Si pretende sustituir el cumplimiento de sus obligaciones por la paternal advertencia sobre las horas de llegada a casa, debe dejar el cargo.

En cuanto a los peligros de la oscuridad para las mujeres y el riesgo de uso de ascensores para él. Tranquilicémosle.

Cuando no sea alcalde y sin la erótica del poder, volverá a ser el personaje anodino y falto de atractivo de siempre y podrá entrar en los ascensores sin miedo a que las mujeres se arranquen el sujetador o lo que a su calenturienta imaginación le gustaría que se arrancaran. Vivir en una permanente represión sexual marca mucho, sobre todo a los castos por imposición.

Asuntos religiosos

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Parece que estén disputando una carrera de relevos y que su táctica para ganarla sea provocar el agotamiento por insistencia.

Cuando parecía que por fin habíamos encontrado algo de respeto hacia las opciones individuales de vida, cuando desde las más altas instancias de la Iglesia Católica – Papa Francisco – habían declarado su absoluta falta de autoridad moral para juzgar comportamientos íntimos ¨Quien soy yo para juzgar la opción sexual de las personas¨, nos sorprende el obispo de turno con declaraciones o comportamientos que vuelven a reabrir el debate y a poner en el disparadero el reconocimiento de derechos fundamentales de las personas.

Ni siquiera el voto de obediencia al que están obligados por su condición de prelados les mantiene la boca cerrada. En una sociedad civil nos debería importar un pimiento si los religiosos siguen o no las consignas de su jefe, porque para que cumplan las leyes están los tribunales.

Pero en la sociedad española nada es tan fácil.  Un juez ha encuadrado dentro de la libertad de expresión las memeces del obispo de Málaga comparando el matrimonio entre personas del mismo sexo con los delitos de pederastia y  la perversión de la zoofilia. Supongo que tildar – siempre desde el máximo respeto – a la sentencia como mamarrachada de un mamarracho estará también protegido por la libertad de expresión, si no es así le pido disculpas al mamarracho antes de que se ofenda.

Encuadrado en la sarta de estupideces que se soportan en la sociedad española nos encontramos con un profesor de religión que decide comunicar, al obispado del que depende, su condición de homosexual, para que el obispo dictamine ¡si es o no idóneo para impartir clases de religión! Y como el obispo no se pronuncia, o no le contesta, insiste para que le cesen porque el mismo no se considera idóneo. O algo así. En realidad quiere un despido para apuntarse a la prestación por desempleo.

El obispo prefiere no darse por enterado y así no verse en la disyuntiva de tener que  seguir las recomendaciones de Francisco o las de la Conferencia Episcopal española.

Y en este rifirrafe aparece la opinión de una monja en un programa de la sexta TV, la monja que va de guay, recomienda al ex cura discreción y mano izquierda, eso sí, desde el amor que emana del evangelio. Después de su charla de apostolado – parece el portavoz de Jesús en la tierra – le dice al homosexual que puede tener la opción que quiera pero mejor que nadie lo sepa, y sobre todo que deje al obispo en paz y no le meta en decisiones complicadas. Mejor que siga siendo invisible.

El resumen es sencillo:

Un obispo que equipara la homosexualidad a un delito.

Una sentencia que determina que la equiparación anterior está protegida por la libertad de expresión.

Un ex cura homosexual que cuando se casa no se considera idóneo para impartir clases de religión. Cuando era cura soltero homosexual en el armario, parece ser que si se consideraba adecuado para la enseñanza.

Un obispo silente puesto en el disparadero porque tiene que decidir entre opciones enfrentadas de sus jefes.

Una monja guay que respeta las opciones de los individuos pero mejor que sean invisibles.

Un papa que respeta tanto los derechos humanos y las opciones sexuales de los individuos, que sin embargo todavía no ha tenido tiempo de firmar la carta universal de derechos humanos de la ONU y sigue permitiendo homofobias a los obispos españoles.

Como guinda del pastel, unos medios de comunicación que presentan al cristianismo como el baluarte cultural de nuestra civilización tapando sus vergüenzas pasadas y ocultando las presentes. Se les olvida decir que los derechos de hombres y mujeres se consiguieron desde la lucha de la sociedad civil siempre en contra de la jerarquía eclesiástica.  Solo como dato, hasta 1980 una mujer en España no podía tener cuenta bancaria ni viajar sin permiso de su marido.

Seguramente argumentarán que en los países islámicos la situación es muchísimo peor. Ocultaran a propósito que los responsables de esa lamentable situación social son los mismos reyezuelos con los que se sientan a cenar nuestros monarcas y que participan de los consejos de administración de sus boyantes empresas. Aplaudieron a Bush hijo por derrocar a Hussein, igual que habían aplaudido a Reagan y Bush padre por ayudar a los Talibanes.

Cuando dios dinero entra en acción, poco importa la religión. La religión es la información implantada en nuestra cadena genética para poder dominarnos desde la superstición y el miedo.

Ese yugo de esclavitud es el que hay que deshacer. Únicamente desde la sociedad civil nos podemos defender de los ultras religiosos seguidores de dios, de cualquier dios.

Leyes claras que protejan la libertad de conciencia, que expulsen, si, que expulsen a todas las creencias del sistema educativo, que prohíban, si, que prohíban las manifestaciones y expresiones beligerantes contra otras creencias o falta de ellas y que procesen, si, que procesen a los representantes religiosos que valiéndose de su ascendencia espiritual utilicen ese dominio para subvertir la convivencia civil.

Con estas medidas no se habrá acabado con las injerencias de los dogmáticos en nuestras vidas, pero dejaran de tener a dios como escusa de sus desmanes.

Para todos igual que para el cura y la monja

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Es verdaderamente espeluznante la epidemia de ebola que se esta extendiendo por el continente africano.

Es igualmente desolador vernos convertidos en los destinatarios de la venta de una determinada accion, cuya finalidad es proporcionar mayor gloria a uno de los personajes politicos que mayor suciedad arrastra debido a su caradura y a la desfachatez de su comportamiento.

La mezcla de gobernantes dociles con informantes serviles,  ha dado como resultado un ente empeñado en la tarea de convencernos de lo derrochadores que somos, por querer mantener un sistema sanitario que, segùn ellos, no nos merecemos y no podemos permitirnos por estar claramente desproporcionado con nuestros ingresos y recursos.

Para ello han disminuido plantillas de personal sanitario, han descabezado y mutilado los centros de investigación, se han privatizado servicios, y se han eliminado tratamientos y medicamentos, tachándolos de inoperantes y costosos, o se promueven copagos. Se cierran plantas hospitalarias sin mas tramite que las disposiciones caciquiles de los gobiernos central o autonómico de turno.

Se ha dejado de actuar bajo parametros sanitarios, para hacerlo en clave mercantil.

Hasta que, fijese usted, sucede que unos trabajadores españoles, uno de ellos infectado de ebola, son repatriados a España con un extraordinario despliegue de medios.

Como acto humanitario, loable, como respuesta del estado ante las necesidades de sus ciudadanos, encomiable, como protección ofrecida por las instituciones, ante la indefensión de las personas en caso de catástrofe, obligatorio.

Solamente nos choca que en los tiempos mercantilistas de obligada rentabilidad, con los que aparentemente nos seducen, cuando se esta dejando en mano de las mutuas las bajas laborales para disminuir su incidencia en los costes sanitarios y empresariales, se haga tal despliegue de medios sin reparar en costes.

¿Què ha cambiado en las altas esferas de decisión?

No queremos ser mal pensados, pero ¿no tendrá nada que ver que los rescatados sean miembros de la iglesia?

Tan solo 24 horas antes, nos hacían sabedores de la actuación de la Generalitat Valenciana en el tratamiento de un paciente con hepatitis C. Lleva tiempo sin tener posibilidad ni acceso a los fármacos necesarios, según los responsables políticos sanitarios valencianos debido a que los medicamentos están fuera del sistema de salud publico.

La falta de equidad es tan palpable que las preguntas surgen casi sin pensar.

¿Ser sacerdote otorga derechos supletorios? ¿Ser misionero atribuye garantías de tratamiento sanitario?

Deben de ser este tipo de méritos los que adornan a Ana Mato para ser ministra: ser capaz de poner a disposición de las ordenes religiosas los medios del estado, aunque por otro lado se laminen los derechos de los españoles de a pie mas necesitados.

Para todo lo demás únicamente necesita la mastrer card de algún amigo procesado. A ella los cumpleaños le salen gratis y los coches de su ex no le parecen relevantes.

Ahora ha recibido parabienes por la actuación de su departamento en el caso que nos ocupa. Nos unimos a las felicitaciones, nos apena que para que el estado despliegue toda su fuerza para ayudar a un trabajador, este tenga que ser miembro activo de la iglesia.

Los Alcaldes Beatos

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Recorre el suelo patrio un escalofrío de mística alcáldil. Numerosos pueblos, curiosamente regidos por alcaldes del PP, han encontrado la luz y la iluminaria les hace nombrar alcaldes perpetuos a santos y vírgenes varias.

Los méritos que les atribuyen a los personajes homenajeados con los nombramientos son de lo mas variados y basados normalmente en:

La devoción, naturalmente de ellos.

La tradición, que no es argumento, pues tradiciones hay buenas mejorables, malas y muy malas.

La protección y amparo que conceden al pueblo, como todo lo que se fundamenta en la superstición es, cuando menos, cuestionable.

Entonces ¿que bicho les ha picado a los prebostes de los pueblos en cuestión para emprender esta desaforada carrera?

La teoría mas extendida es la necesidad que tiene el ministro » medallitas tengo», de ocultar bajo una inmensa montaña de inmundicia en forma de homenaje santurrón, la denuncia que se está dilucidando en la Audiencia, sobre la legalidad del hecho de concesión de una medalla al Mérito Policial.

Alguien que nunca debió de ser ministro y ya que lo ha sido sería una desgracia que durara mucho, ha diseñado una estúpida estrategia de distracción.

Si empiezan a florecer casos parecidos de homenaje al santoral católico, la Sala de la Audiencia no tendrá otra opción que reconocer la peculiar singularidad del pueblo español y sus profundas convicciones cristianas.

Y que mejor prueba que ediles corriendo tras una virgen. No tenemos una idea clara de sus intenciones cuándo la alcancen, pero de momento la persiguen y homenajean como manda el ministro.

Confunden y mantienen en la confusión a los ciudadanos, uniendo de forma indisoluble religión y festividad del lugar. Se otorgan a través de sus amigos eclesiásticos la concesión de nuestros festejos y descansos.

De esta forma tan sencilla el cura del lugar adquiere especial relevancia durante las fechas de asueto y divertimento. Y Jorge Fernández obtiene su principal objetivo de esconder su metedura de pata, su legislar favoreciendo a una creencia, a la suya, bajo el servilismo de sus colegitas aduladores que le hacen de pantalla con sus santos y vírgenes alcaldes, que por otra parte pretenden hacer perpetuas.

Les debe evocar otras épocas en los que ellos ocupaban de manera perpetua los ayuntamientos, siempre y cuando fueran dóciles y sumisos con el usurpador.

Ahora el perpetuo no ira mas allá de una legislatura, tiempo que necesitaremos para que desalojen los ayuntamientos.

No necesitaremos de mucho esfuerzo. Si hacemos caso al misógino alcalde de Valladolid, León de la Riva, cuando Podemos entre en su ayuntamiento, el alcalde tendrá que salir corriendo. No sabemos si a su casa a descansar, hacia Barajas para abandonar el país, o camino de Soto del Real para acompañar a Barcenas.

La investigación e intervención de las corporaciones locales marcará el camino a seguir.

Articulo de  José Antonio Luque Carreiras