Una vez más, el presidente y después los ministros del nuevo gobierno juran o prometen al tomar posesión de su cargo delante dela Biblia y de un crucifijo. Este hecho atenta contra el artículo 16, punto 3 de la Constitución española donde se manifiesta que “ninguna confesión tendrá carácter estatal”.
A los ciudadanos no nos importa en absoluto qué religión profesan los nuevos cargos gubernativos, si ellos en calidad de creyentes estiman que deben jurar ante su dios ejercer sus funciones con lealtad al rey y demás condiciones legales, por favor que vayan a un templo y lo hagan en la intimidad, pues se trata de algo que pertenece a la esfera de lo privado.
Los ciudadanos esperamos que sean honestos, que cumplan con lo prometido en campaña electoral, que mejoren las condiciones de vida de los más humildes, que profundicen en la práctica democrática, en la igualdad, en la libertad y en la justicia social. Pero que su promesa sea efectuada delante exclusivamente de la ley de leyes, dela Constitución, que es igual para todos, creyentes y no creyentes.
¿Cuándo vamos a ser capaces de liberarnos de la escenografía católica en los actos públicos? ¿Cuándo los representantes políticos tomarán medidas para erradicar todo signo confesional en los actos públicos?
Por un Estado Laico, por la derogación del Concordato.
Movimiento hacía un Estado laico (Mhuel)