Articulo publicado en el Blog de Nieves Ibeas
Que una presidenta de una Comunidad Autónoma, elegida democráticamente, sea capaz de decir lo que en ocasiones dice Luisa Fernanda Rudi, cabeza visible del actual Ejecutivo aragonés PP-PAR, me parece sencillamente indecente. Que su gabinete de prensa lo venda como algo positivo que conviene airear, en vez de meterlo en un cajón y cerrarlo con siete llaves, tiene delito.
Me refiero al último ejemplo relacionado con la política educativa, y, en concreto con la educación pública, que siempre debería ser considerada como una cuestión de Estado, con independencia del signo de los partidos que gobiernen. Es la posición de CHA y de ahí no nos movemos, desde luego, y exigimos la máxima responsabilidad política a la Administración, que gestiona lo público.
Con un par de narices (porque hace falta tener osadía para decir lo que dijo sobre la educación pública), Rudi soltó el pasado martes 18 de junio en Tarazona, en el marco del 50 Aniversario del Colegio Sagrada Familia, que el derecho a impulsar proyectos educativos propios no es exclusivo de ningún sector social. Como pilar del sistema, la educación financiada con fondos públicos debe constituir un territorio libre de la pretensión de hacer de él un proyecto educativo partidista: “La escuela no puede ser el refugio de los proyectos educativos con idearios que carecen de neutralidad política o de demanda social” (nota de prensa oficial). ¡Con la Iglesia católica hemos topado! ¿Qué proyectos carecen de neutralidad política: la escuela pública? Será porque entienden que (todavía) no la han convertido en catequesis… ¿Qué proyectos educativos carecen de demanda social,:la escuela pública? Será porque la están dejando temblando, asfixiándola como la están asfixiando…
¿No decía que ella quería que la sociedad aragonesa fuera una sociedad de NOBEL (sic)? Será con alumnado que salga de la educación privada (sobre todo concertada, que es la que controla mayoritariamente la conferencia episcopal), porque como tenga que ser con la pública, con todo el trabajo que está realizando el departamento de Dolores Serrat para empobrecerla y esquilmarla (supongo que con el visto bueno de Rudi y del sacrosanto acuerdo de gobernabilidad PP-PAR), lo vamos a tener muy muy difícil.
La excelencia tiene un precio para el PP y ese precio tiene marca de clase social. Y con recortes brutales y progresivos en educación, echando profesorado eventual NECESARIO a espuertas, sin reponer al que se jubila y precarizando el empleo docente como si fuera lo mismo educar que meter paquetes en un armario, dejando a un lado a los verdaderos protagonistas de la educación, privando al alumnado con necesidades educativas especiales del apoyo preciso, eliminando programas educativos esenciales o dejando en mera caricatura algunos otros… no se puede aspirar a ninguna sociedad Nobel. Y estoy convencida de que la propia Rudi lo sabe, lo que sucede es que se pasan la vida buscando titulares para sobrevivir y a menudo se les va un poco la mano al escribir las hojas de ruta…
El único mensaje claro de Rudi (y del PP-PAR) es que la educación pública no merece ni un euro más que la privada concertada. Ahora bien, mejor no les preguntemos si un euro menos para la pública les parecería mal… Es el mensaje de una derecha que hace lo que quiere, legisla como le interesa y aplica las normas también a su antojo.
Está claro que habrá religión (católica, ¡por supuesto!) sí o sí con la nueva Ley de Educación (LOMCE) que no va a mejorar en absoluto las muchas carencias que acumula, contraviniendo los mínimos principios de un estado laico y aconfesional.
Ahora bien, eso sí, si el PP de la Comunidad de Madrid se empeña en que haya Eurovegas y para ello hay que permitirle fumar en todos sus antros, habrá otra ley que permita a las comunidades autónomas hacer lo que quieran, para que Ignacio González, en Madrid, pueda hacer de su capa un sayo.
Y mientras, hundiendo en picado a nuestro sistema educativo público. Jamás le agradeceremos, Presidenta, el destrozo educativo que nos está costando su gobierno.