Comunicado de Marea Verde, Marea Naranja, Febrero Feminista y MHUEL sobre la convocatoria del “Concurso de Cortometrajes por una Vida Digna”: por una vida digna, justa, libre y feliz, y su publicación en educaragon.org
«Cortometrajes por una Vida Digna» es una invitación a pensar sobre las necesidades de una vida digna y feliz.
Más información:cortosporlavida.blogspot.com.
«Cortometrajes por la vida» es una invitación a pensar acerca de qué es una vida digna, qué necesidades han de ser atendidas para llevarla a cabo y cómo queremos vivir colectivamente. El concurso va dirigido a estudiantes y público en general, el jurado está compuesto por Paula Ortiz, Mariano Anós, Túa Blesa y Carmen Peñalos, los premios son obras de dos artistas aragonesas Helena Santolaya y Sonia Abrain.
El pasado mes de enero, el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón publicó en su web Educaragon.org, la convocatoria de un concurso de cortos por la vida organizado por una entidad privada cuyo objetivo era sensibilizar sobre el derecho a la vida del no nacido y dirigido al colectivo de estudiantes.
El Departamento de Educación, con gestos como éste, sigue haciendo alarde de su parcialidad, apoyando campañas que vulneran los más elementales derechos de las mujeres, y olvidando otros aspectos imprescindibles para vivir dignamente.
Es por esto que, Marea Verde, Marea Naranja, Febrero Feminista y Mhuel han solicitado que se publique en la página web del Gobierno de Aragón, EducAragon, la convocatoria de este Concurso de Cortos por la vida, en cuyo blog cortosporlavida.blogspot.com.es pueden encontrarse las bases y la información para todas aquellas personas interesadas en participar.
Las cuatro entidades convocantes del “Concurso Cortos por una Vida Digna,” planteamos que una reflexión seria sobre el derecho a la vida de todos y de todas también ha de tener en cuenta los derechos universales necesarios para que las personas, desde su nacimiento, puedan desarrollarse como tales: derecho a la vivienda, a la alimentación, a la asistencia sanitaria y a la educación, a un trabajo y salario dignos, al descanso, a la protección social en casos de dependencia: personas con discapacidades, ancianos y ancianas, infancia… Como derechos universales que son, estos servicios sociales han de ser públicos y estar accesibles sin distinciones de raza, género, origen, etc.
Para vivir dignamente necesitamos construir una sociedad que defienda la igualdad entre hombres y mujeres: donde no haya relaciones de poder basadas en el género, en la que las mujeres puedan vivir una vida libre de violencias, en la que niñas y niños reciban una educación no sexista, sin estereotipos, igualitaria. Una sociedad en la que las mujeres puedan participar en la vida social, cultural, política y económica en igualdad con los hombres. Para ello, es fundamental que sean dueñas de su cuerpo, que puedan decidir libre y responsablemente sobre su sexualidad, su maternidad y sobre la interrupción voluntaria del embarazo.