Érase una vez un país donde había separación real de la Iglesia y el Estado.
Donde todas las entidades (tuvieran o no carácter religioso) eran tratadas con igualdad de derechos y deberes, tributarios o de cualquier tipo.
Donde los recursos educativos se dedicaban a enseñar ciencia y conocimiento, y no creencias personales.
Donde había una escuela en la que se formaba a ciudadanos democráticos y responsables, y no a creyentes.
Un país donde se dedicaban fondos a la investigación de enfermedades y no al mantenimiento del clero.
Donde los grupos fundamentalistas no influían en las leyes.
En el Movimiento Hacia Un Estado Laico, MHUEL, trabajamos para que esos deseos se hagan una realidad.
Feliz Año 2013