Zaragoza a 4 de abril de 2018
La asociación aragonesa Movimiento hacia un Estado Laico ( MHUEL ) ; comunica que el 3 de abril de 2018 ha presentado nueva queja ante la Institución del Defensor del Pueblo referente al informe sobre la situación de la Iglesia de San Juan de los Panetes ( Zaragoza ) proporcionada por la Dirección General de Patrimonio del Estado .
Este bien inmueble con titularidad reconocida a nombre de la Administración General del Estado ( Ministerio de Educación ) fue inmatriculada por el Arzobispado de Zaragoza en el año 1989 sin título de dominio inscribible ( Art 206 LH y 304 RH ) .
La propia DGP determina que San Juan de los Panetes es propiedad del Estado y sin embargo durante casi 30 años ha figurado la titularidad a nombre del Arzobispado de Zaragoza . Conforme a este dictamen , parece ser que el Arzobispado de Zaragoza acudió «vía célere » a un notario de la capital el 12 de diciembre de 2017 a cancelar la inmatriculación , MHUEL ha demostrado con documentación fehaciente que el 19 de marzo de 2018 , San Juan de los Panetes sigue inscrita en el Registro de la Propiedad a nombre del Arzobispado de Zaragoza.
Con esta queja al Defensor del Pueblo , MHUEL amplía la anterior reclamación ante el mismo organismo por la actuación del Registrador de la Propiedad nº2 de Zaragoza por sus actuaciones referentes a la inmatriculación de la Iglesia de San Pablo ( Zaragoza ) ante las vagas y desconcertantes informaciones de la Dirección General de Registros y Notariado .
Sirvan estas quejas para determinar de una manera nítida e informar a la ciudadanía de los entresijos y complicidades que han rodeado las inmatriculaciones de la ICAR con los estamentos públicos y su posible connivencia .
Por diferentes vías y con absoluta independencia , MHUEL apoya las actuaciones del Ayuntamiento de Zaragoza y sus decisiones plenarias para esclarecer de una vez por todas cómo actuó el Arzobispado de Zaragoza a la hora de poner bienes a su nombre al amparo de una normativa de origen franquista – hoy ya derogada – con el único fin de patrimonializarse de manera sospechosa o escandalosa.
Atentamente
MHUEL