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Articulo publicado en el Wall street Journal
La última ganadora de la medalla al mérito policial española nunca salió a patrullar o hizo un arresto. Realmente, ella nunca se enfrentó al peligro. Pero esto se debe a que no puede moverse.
Llegando lejos de su rango, el ministro del interior premió este año con una medalla a una estatua de tamaño natural, Nuestra Virgen del Amor, “por compartir los valores policiales tales como la dedicación, el cuidado, la solidaridad y el sacrificio”.
Le elección destacó una tradición española –premiando con honores de estado a símbolos católicos- y desencadenó una demanda judicial cuyo fin es echarlo para atrás. El tribunal nacional español está a punto de emitir el fallo en las próximas semanas.
Jorge García González, presidente de un Movimiento hacia un Estado Laico, está demandando al gobierno español para limitar lo que él llama una arraigada influencia católica en los asuntos públicos. Él no es el único que está en desacuerdo con la condecoración, llamándola “una bendición disfrazada” que ha inspirado bromas y ha animado a sus seguidores. Una petición online ha reunido más de 1500 firmas apoyando la nominación de Spider-Man para la medalla del próximo año.
La estatua ganadora de la medalla, llamada Virgen del Amor en español, representa a la madre de Jesucristo y está en la iglesia de Málaga, en el sur de España. La virgen no reúne ninguna de las condiciones para ser receptora de la medalla policial, el Sr.García dijo: ella no es un miembro de la fuerza policial, no ha sufrido heridas o muerte en el ejercicio del deber. “Incluso si tú crees en la Virgen, una estatua no es una persona”, dijo.
Los oficiales dijeron que estas condecoraciones simplemente reconocen vínculos de toda la vida entre las fuerzas de la policía y la sociedad católica. En este caso, la medalla reconoce indirectamente el trabajo de la hermandad de Jesús el Rico, un grupo que eleva el símbolo de María junto con la representación de Jesús en una solemne procesión por las calles de Málaga todas las semanas santas.
“Esto ha ocurrido durante décadas” dijo José Manuel Pérez, subdirector general del cuerpo técnico de policía, quién supervisa las nominaciones y exhibe un poster de María en su taquilla. “Para mucha gente en el sur de España, la Virgen y los grupos religiosos dedicados a estos símbolos hacen un trabajo importante para la sociedad”.
Algunos oficiales de rango ponen objeciones. José María Benito, un oficial del sindicato de policías, contó al diario online El Boletín: “Que den a la Virgen lo que quieran, que le lleven flores, hacerla patrona del lugar, pero que no le concedan una medalla policial, y menos aún la reservada para los oficiales de policía que han perdido sus vidas en un ataque”.
Hay precedentes de condecoraciones en diferentes municipios españoles. La Virgen de la Almudena, patrona de Madrid, ha recibido la medalla de oro de la ciudad, una condecoración civil entregada como reconocimiento a instituciones o gente que se han distinguido en la región, desde 1945 y fue concedida su medalla del Honor en 1961.
La práctica ha ganado impulso desde que el conservador partido popular ganó las elecciones municipales y nacionales en 2011, dijo el Sr.García, quien desde entonces ha documentado más de 30 decisiones de los ayuntamientos municipales sobre nombramientos de figuras representando a María, Jesús y varios santos católicos como “alcaldes perpetuos”. El alcalde del ayuntamiento, en la ciudad de Almería, pasó el correspondiente bastón oficial a la figura de María, permaneciendo largo a sus pies.
Cuando el alcalde municipal en Pardo del Rey consultó a los votantes para ratificar a la Virgen del Carmen como su “alcaldesa perpetua”, la figura ganó fácilmente, aunque sólo el 13% de los votantes fueron a votar.
Hace dos años, el ministro del Interior, Jorge Fdez. Díaz, concedió una medalla a Nuestra Virgen del Pilar en Zaragoza, patrona de la policía militar. Este año el ministro alabó a otra santa, declarando en la feria internacional anual de turismo que Santa Teresa estaba “haciendo importantes intercesiones” para la economía nacional “durante estos tiempos difíciles”.
El Sr. García dijo que él renegaba de hacer de la iglesia un asunto estatal legal derivado del problema de la Virgen del Amor porque la Constitución española es ambigua con el tema de la religión. Regula que “no habrá religión oficial”, pero añade que “las creencias religiosas de la sociedad española se deberán tener en cuenta”. Según un estudio del 2014 del Centro de Investigación Sociológica, el 69% de los españoles se definen como católico-romanos.
De forma desafiante la medalla de la policía, se impuso en el caso de España en 1964 con la Ley de Honores y Reconocimientos, la cual especifica que la medalla del mérito policial debe “recompensar actos en servicios extraordinarios llevados a cabo por oficiales policías”.
El Ministro del Interior fue preguntado sobre este tema, y no está de acuerdo con esta argumentación. Contestó en un e-mail que la entrega de estas condecoraciones a objetos ajenos a los rangos policiales “no constituyen hechos extraordinarios en la historia de las fuerzas de seguridad y del estado”.
En los documentos judiciales, los fiscales argumentan que la organización del Sr. García, por derecho, no está afectada por el caso porque sus intereses no se ven afectados por la medalla.
Muchos ciudadanos de Málaga no dan importancia a este revuelo. La mayoría de tiendas y oficinas públicas en el sur de la región andaluza de España cierran durante la semana santa debido a que multitudes de personas participan en las procesiones católicas representando la crucifixión de Jesucristo.
No hubo protesta popular en Málaga cuando el jefe de la policía nacional prendió en abril la medalla a la estatua engalanada con sus joyas y manto rojo y dorado. “Es totalmente inofensivo” dijo el propietario de un bar Álvaro Fernández Chámez. “La gente aquí hace entrega de medallas con frecuencia”.
La impugnación del Sr. García con la medalla se encuentra en la Audiencia Nacional, la cual ha decidido que el jurado de magistrados estudiarán el caso sin tener a la parte contraria como testigo.
“Creo que es un maniobra hábil” dijo el Sr. García, insinuando que su abogada podría haber pedido que el destinatario de la medalla se pusiera en pie. “Después de todo, ¿qué diría la Virgen? Una estatua no puede hablar.”